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Actualizado: 2 jul 2019


El acoso callejero es un problema que las mujeres de la sociedad peruana enfrentan diariamente. En el verano del 2019, mientras caminaba por una avenida, me percaté de que un auto me estaba siguiendo. Cuando comprendí lo que pasaba, estaba preparada para confrontarlo hasta que me percaté de que el hombre se estaba tocando, lo que me causó repugnancia y miedo. En todo el camino estuve buscando a alguna autoridad que pudiera hacer algo al respecto, pero no había ninguna. Al llegar a un parque, encontré a un policía, le conté lo que pasó y lo primero que me dijo fue: “¿Qué habrás hecho tú?”. Esta es una situación recurrente entre las mujeres de la capital. Según una encuesta realizada en diciembre del 2012 por el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IOP- PUCP) sobre el acoso sexual callejero, 7 de cada 10 mujeres de entre 18 y 29 años manifestaron haber sido víctimas de acoso sexual callejero. Una de las principales causas de este problema es el machismo, el que, según una investigación realizada por José Moral de la Rubia y Sandra Ramos Basurto (2016), es definido como una ideología que defiende y justifica la superioridad del hombre sobre la mujer. A continuación, se explicará cómo el patriarcado es el origen del machismo, así como su relación con el mismo, y al acoso sexual callejero como manifestación del sexismo.

El patriarcado, según el libro Feminismo, género y patriarcado de Alda Facio y Lorena Fries (2005), es una ideología que posiciona al hombre como un ser superior a la mujer, en la que se le asigna a la mujer un conjunto de características, tales como comportamientos y roles propios de esta concepción. Según una investigación realizada por el Poder Judicial de México, algunos roles asignados son las tareas domésticas (cocinar, planchar, etc.), de crianza (dedicarse a la educación de sus hijos) y laborales (solo si el esposo lo permite). El patriarcado es el origen del machismo, ya que una de las características es que la mujer es vista como un objeto sexual. Además, no puede decidir sobre su propia función en la sociedad. Por ejemplo, las funciones principales son el ser madre, cónyuge y administradora del hogar. Asimismo, las mujeres también asumen esta ideología y comparten conductas machistas, lo que agudiza el problema.

Por otro lado, el acoso sexual callejero es una manifestación del sexismo. Según una investigación realizada por Maite Garaigordobil y María Rosalía Donado Badillo (2011), el sexismo es una actitud discriminatoria hacia las personas por pertenecer a un determinado sexo biológico, al cual se le han atribuido diferentes características y conductas. Según una investigación de Arturo Torres, hay dos tipos de sexismo: el sexismo de tipo benevolente, es decir, conjunto de actitudes hacia la mujer de forma estereotipada, limitándola a ciertos roles; y el sexismo de tipo hostil, por el que se entiende a las acciones fundamentadas en violencia física o simbólica. Este último se divide, a su vez, en dos subtipos: el primero es la transgresión de lo doméstico y el segundo se relaciona a cuestiones sexuales. Este subtipo de sexismo se caracteriza por intentar vulnerar la libertad de la mujer referida a la manifestación de su sexualidad. Un caso en el que se evidenció este tipo de sexismo fue el de una pasajera del corredor rojo, de nombre desconocido, la cual estaba siendo grabada por un sujeto por debajo de la falda. Este hecho fue difundido por el diario El Comercio el 25 de marzo del 2019. El agresor fue detenido por la policía y se encontraron varias fotos y grabaciones de este tipo con otras mujeres.

En conclusión, el patriarcado y el sexismo hostil por cuestiones sexuales manifestaciones el machismo como principal causa del acoso sexual callejero. Personalmente, considero que es necesario acabar con el machismo que aqueja a nuestra sociedad. Ante ello, una solución factible sería mejorar la educación en las escuelas y hogares de los niños orientada hacia la igualdad de género.

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